martes, 9 de junio de 2015

PERFECTA CONJUNCIÓN ARQUITECTURA-MÚSICA



Comentario a un concierto memorable, que aúna lo humano y lo Divino.

La sacristía de la catedral de Jaén fue escenario el pasado 28 de mayo de un acontecimiento artístico de primer nivel: el concierto de la Capella Prolationum y el Ensemable la Danserye, que ofrecieron la Misa "Mille Regretz", del insigne compositor  renacentista sevillano Cristóbal de Morales, como final del ciclo "Los jueves de la Catedral".

Los intérpretes actuaron con la elegancia y empaque de un conjunto propio de la época de esa famosa composición, haciendo su entrada desde el la antesacristía en 'sonora' procesión animada por una fanfarria expuesta donosamente por los instrumentos de antigua factura y sonido: trombones, cornetto, chirimía, sacabuche, etc. La interpretación de la misa fue igualmente impecable, con un aliciente visual añadido: Se utilizó como partitura un facsímil de la original, que fue colocado en un gran atril. Magníficas la voces de todos los cantantes, muy bellas y bien conjuntadas.

Pero lo que más me interesa destacar es la admirable conjunción de dos áreas eminentes de las bellas artes: la música y la arquitectura. Escuchar esta hermosa obra musical en el marco donde se interpretó, la insuperable obra vandelviriana, como es la sacristía de la catedral de Jaén, fue una experiencia que no se vive frecuentemente. Ese espacio arquitectónico, de factura y proporciones asombrosas, con la doble fila de tres arcos en los paramentos frontal y trasero, contrastados o más bien equilibrados por los cinco arcos de los laterales, arcos de alternada anchura, y todo ello soportado en pares de columnas en paredes y de cuatro en los rincones; todo este despliegue de genialidad de diseño y construcción expresa con tal perfección la suprema elegancia de la concepción espacial renacentista exhibida por Vandelvida, que suscita una sublime sensación de paz y armonía en el contemplador, algo que llega a lo inefable. Porque si la catedral de Jaén ha sido en cierto modo definida o calificada como "armonía perfecta" por el arquitecto jaenés Dr. Ortega Suca, ese calificativo encuentra su más plena justeza y autenticidad en el espacio de la sacristía, que reúne las máximas cualidades de perfección armónica del recinto catedralicio. Y si a tal impresión visual se unen los sonidos exquisitos de un genio compositivo como fue Cristóbal de Morales, en una misa compuesta en honor del emperador Carlos V, inspirada a partir de una 'chanson' del gran Josquin des Pres, miembro de la capilla palatina del gran monarca español y europeo; en tal coincidencia la conjunción de ambas artes, cultivadas a un nivel de perfección como pocas expresiones de las misma cabe hallar, el ánimo del contemplador es elevado a estratos de emotividad y hondura que permiten imaginar cuál fue el ambiente que se pudo disfrutar en aquel periodo en el que el arte español alcanzó cúspides de insuperada altura al reunir en muchos de sus espacios hispano y americano esta conjunción perfecta. Y todo ello guiado por una motivación de la máxima altura, pues las artes en sus diversas formas y manifestaciones se dedicaron por antonomasia a la mayor gloria de Dios (dicho con expresión de otro supremo personaje de aquel tiempo de suma magnificencia, Ignacio de Loyola: "ad maiorem Dei gloriae").


Todo en la España imperial se orientó a tal empeño y dio lugar a 'hazañas' (a pesar de sus innegables limitaciones) como el alumbramiento y cristianización de un nuevo mundo, en cuya plasmación tuvieron mucho que ver los creadores de las artes plásticas y los del ámbito musical, como muestran las obras que han quedado a ambos lados del océano Atlántico. Esta admirable y suma conjunción de música y arquitectura nos fue dado disfrutar a los asistentes a aquel afortunado evento.              

1 comentario:

  1. Pues no hace falta añadir ningún comentario. Enhorabuena por haberlo disfrutado. Y gracias por compartirlo.

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