lunes, 2 de enero de 2017

LA NAVIDAD EN EL ARTE

LA NAVIDAD CONTEMPLADA EN EL ARTE

Los dos acontecimientos capitales del mensaje cristiano, de la realidad histórica que constituye el núcleo originario y, diríamos, absoluto del mensaje cristiano, la Redención operada gracias a la encarnación, vida , pasión y muerte del Logos, el Verbo Hijo intemporal de Dios, al hacerse hombre y tomar la condición humana herida por el pecado de origen y todos los subsiguientes y con-siguientes derivados; este hecho sucedido en un momento determinado de la historia humana (en cuyos detalles no vamos a entrar por exceder con mucho del motivo de esta mención). Los dos acontecimientos capitales de ese hecho son: por un lado, y primeramente, el nacimiento del Hijo de Dios, Jesús de Nazaret, en Belén de Judea, cuna del rey David, su ascendiente según la carne y la ley mosáica, hecho que constituye el conjunto de celebraciones que englobamos con el nombre de 'Navidad', y, segundo, el conjunto de acontecimientos que constituyen el terrible drama del rechazo definitivo y frontal de ese Jesús de Nazaret por parte del pueblo judío, el pueblo elegido mediante una alianza de Dios con los patriarcas de los que nace dicho pueblo, y que en el mundo cristiano y universalmente conocido, se agrupa bajo las fiestas de Semana Santa, en especial el Triduo Pascual, donde Jesús es condenado muerte y ejecutado en la cruz, pero a quien, según la fe predicada por los apóstoles, Dios resucitó de entre los muertos, vivió un breve tiempo en esa nueva condición, apareciéndose a sus más íntimos discípulos, quienes, según propia confesión, pudieron estar, vivir y comer con él hasta el día en que por propia virtud ascendió al cielo, donde permanece, junto a Dios (el Padre, a su derecha) hasta la segunda y definitiva venida a clausurar la historia humana y el cosmos, e inaugurar el mundo nuevo ("un cielo nuevo y una tierra nueva, donde habite la  justicia").

Pues bien, estos dos acontecimientos, en los que se condensa el misterio de la redención, Natividad y Pasión-Muerte-Resurrección de Jesucristo, han sido objeto, desde los inicios del arte cristiano, de un especial tratamiento y expresión en multitud de obras del más diverso tipo y materia, algo que sobrepuja con mucho cualquier otro tema del que el arte se haya ocupado a lo largo de los siglos. En los veinte siglos de historia cristiana se ha constituido el conjunto de obras de arte más relevante de toda la historia de las representaciones plásticas que se han dado en el mundo.


Natividad. Retablo mayor de la catedral de Sevilla 


De los dos grandes temas cristianos, deseamos ocuparnos, de manera limitada, naturalmente (porque es tarea casi imposible abarcar todo lo que el mundo artístico ha producido a lo largo de la historia), del correspondiente a la Navidad, ya que acometemos este intento en los días de esta festividad. Navidad en el arte. Pero, ¿en qué área del arte, en qué sector o mundo artístico? Nos ceñimos al arte español, con una excepción, Italia en su periodo renacentista más brillante, el 'cuatrocento', calculado éste con cierta flexibilidad cronológica. Y nos imponemos otra limitación: vamos a contemplar este Misterio sólo en el arte pìctórico, posiblemente el área artística en donde se han producido mayor número de obras referidas a la Navidad, aunque la abundancia de retablos en los que se incluye algúna escena navideña es ingente.  


Botticelli: La Virgen y el Niño (det)

Navidad en el arte pictórico italiano y español, y dentro de éste último, nos autolimitamos a dos grandes pintores, uno de área andaluza, y otro del mundo, no castellano, sino español por antonomasia, ubicado en el centro mismo de la España de siempre. De Andalucía, y más aún, de Sevilla, un pintor culmen del barroco, Bartolomé Esteban Murillo. Y el segundo, que cronológicamente es el primero, un genio universal, irrepetible, el cretense-toledano Doménico Theotocópuli, el Greco. Con estosdos artífices, junto a los cuales traeremos la memoria del renacimiento italiano en su conjunto, queremos dialogar e indagar su secreto impulso creador para mostrarnos el misterio de la Navidad, tan hondamente vivido por el sentido cristiano en sus respectivos periodos vitales, que pueden resumirse en uno solo, en el que la fe en la acción redentora de Dios por Jesucristo impregna de sentido y contenido no sólo el arte sino la existencia en su integridad. Arte como vibración existencial de la fe, este es el hálito animador y el hilo conductor de unas vidas consagradas en su casi totalidad a expresar el sentido de la vida y del mundo.

Cada uno de estos mundos artísticos (del arte italiano no nos sentimos capaces ni deseamos limitarnos a un artista), mirado desde el punto de enfoque de lo expresivo-psicológico, tiene un rasgo que impregna y da sentido a la creatividad de sus autores, más allá de la capacidad del artífice, y por ello hemos elegido un subtítulo para calificar, y en cierto sentido identificar, a los personajes, sin que tal adjetivo excluya otras cualidades o intente establecer una comparación de unos respecto a otros.



Fray Angélico. Adoración del Niño

Iniciamos la 'ronda' con el más temprano en el tiempo: Italia en su época de genialidad tal vez más brillante, el 'cuatrocento'; a este mundo densísimo de personajes geniales lo identificamos con un concepto que igual puede aplicarse a los demás que hemos seleccionado, pero que, dado además el carácter 'corporativo' del mundo que estudiamos, merece con absoluta propiedad: la belleza: La Navidad en el Renacimiento cuatrocentista italiano o la Navidad de la Belleza. 




El Greco: Adoración de los pastores (det).

Para el mundo artístico del Greco nos quedamos con el rasgo que, en nuestra opinión, cualifica por excelencia a este artista sin igual, extraño, excéntrico, pintor de lo visible y lo invisible: La navidad con el Greco es para nosotros la expresión de una actitud ante una realidad que supera todos los límites: Éxtasis ante el MisterioHay un aliento de unción sagrada en el arte del Greco, que emana de todas sus imágenes navideñas y le imprime un hálito de trascendencia realmente sublime.




Murillo: Adoración de los pastores

Y para cualificar el arte de Murillo, hemos optado por el rasgo que, en nuestra opinión, mejor lo caracteriza y que se muestra sobre todo en sus lienzos navideños. La de Murillo es la Navidad de la Ternura. Realismo, naturalismo, sí, pero, ante todo, en las escenas navideñas de su arte, de sus personajes, la ternura, la 'humanidad más humana' del Misterio de la Encarnación.

Este es el propósito que nos lleva a contemplar esa misteriosa y a la vez cercana realidad que celebramos en estos días: la humanización del Verbo eterno, Hijo de Dios, hecho así al mismo tiempo como Él se designó con frecuencia, Hijo del hombre.           

1 comentario:

  1. Muy bonito papá, sigue escribiendo, que se te da muy bien y las fotografías preciosas!!

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